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Entrevista con Silvia Lospennato, diputada nacional del PRO (Propuesta Republicana)

Catalina Casas
Entrevista con Silvia Lospennato, diputada nacional del PRO (Propuesta Republicana)

Argentina ha sido pionera en la región en defensa y expansión de los derechos de género y minorías sexuales, incluído el matrimonio gay y la paridad de género en el parlamento. Pero un tema pendiente sigue siendo la legalización del aborto. Recientemente, se presentó un proyecto de ley para legalizar el aborto por octava vez en el congreso. El proyecto es similar al del año pasado – que casi fue aprobado – y defiende el aborto libre hasta las catorce semanas de embarazo.

El fracaso del último intento de legalizar el aborto solo alentó a crecientes movimientos feministas, como los “pañuelos verdes” y Ni Una Menos a salir a la calle con más fuerza, dando más atención al aborto, la brecha salarial y la violencia de género, entre otros temas. Al mismo tiempo, el debate ha dado protagonismo a los movimientos conservadores como los “pañuelos azules,” vinculados con la iglesia católica y la comunidad evangélica.

El tema del aborto ha polarizado a la Argentina, creando divisiones dentro de los mismos partidos. Aun así, hay diputados y activistas, como la Diputada de Cambiemos, Silvia Lospennato, que se han comprometido con promover e impulsar proyectos de ley que avancen la igualdad de género y los derechos de la mujer en el país.

 

Como una de las caras más importantes del movimiento a favor de la legalización del aborto, usted ha demostrado un compromiso notable con los movimientos por los derechos de la mujer. ¿Para usted, qué significaría la legalización o despenalización del aborto para Argentina? ¿Tendría un efecto importante para el resto de América Latina?

 

La legalización y la despenalización son dos realidades jurídicas diferentes en relación al acceso al derecho al aborto. Despenalizar en la Argentina implica ampliar las causales hoy existentes que ya están despenalizadas a partir del dictado de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el conocido caso FAL. Este resuelve una controversia sobre la interpretación del código de 1921, que ya incluía como causales de despenalización la violación y el riesgo para la vida de la mujer. En cambio, la legalización es un paso más ya que garantiza el acceso a un servicio de salud gratuito para las mujeres que requieran un aborto, y eso era lo que estaba contenido en el proyecto que logro media sanción en la Cámara de Diputados pero no concluyó con una sanción definitiva en el Senado el año pasado.

Tanto legalizar como despenalizar, tendría impactos importantes en nuestro país sin lugar a dudas. En la Argentina por año se externan de los hospitales públicos 50,000 mujeres en promedio por complicaciones producto de abortos inseguros. Esto está hablando de una realidad sanitaria que pone en riesgo la salud sexual y reproductiva de las mujeres que tienen que someterse a estos abortos inseguros por no poder acceder de manera legal y gratuita al sistema de salud para estos casos. Sin duda esto implicaría una gran transformación porque permitiría a esta cantidad de mujeres que, como digo, son 50,000 según la estadística pública, que sólo contabiliza las mujeres que se atienden en instituciones públicas.

Respecto a si esto tendría repercusión en el resto de la región también estoy segura de que los países que van avanzando en derechos en materia de género van generando un clima favorable para que el resto de los países de la región avancen también. La Argentina es pionera a lo largo de su historia en la ampliación de derechos de las mujeres, el caso más paradigmático son los cupos femeninos, los cupos de mujeres en las listas de representación parlamentaria donde la Argentina inicia lo que después se trasforma en una regla regional; luego otros países de la región fueron pioneros en la paridad. A partir este año, nuestro país va a tener incluida la paridad en sus listas legislativas.

El año pasado fue importante para las mujeres en Argentina. A pesar de no lograr la legalización del aborto, se dio un paso significativo cuando la Cámara de Diputados aprobó la propuesta por primera vez. En su opinión, ¿qué posibilidades hay para llegar a una mayoría en el Senado?

El Senado se va reeligiendo por tercios cada dos años, es decir la renovación total del Senado lleva 6 años en nuestro sistema republicano. Por ende, ese es un proceso un poco más lento que lo que sucede en la Cámara de Diputados donde cada dos

años se renueva por mitad, con lo cual uno tendría que esperar un proceso de renovación un poco más lento hasta que podamos tener una composición diferente la Cámara de Senadores.

El debate sobre el aborto ha generado fracciones y divisiones no solo en la sociedad, sino también dentro de los partidos en Argentina. Por ejemplo, la mayoría de miembros de Cambiemos, su coalición, votaron en contra de la legalización del aborto, incluyendo figuras prominentes como Elisa Carrió. ¿Qué impacto ha tenido el debate sobre la legalización del aborto en la cohesión interna de Cambiemos? ¿Hay un riesgo para la coalición en reintroducir el tema en un año electoral?

Salvo el caso de los partidos de izquierda, minoritarios en la Cámara de Diputados (bloques de menos de 5 diputados) que mantuvieron una única posición, en el resto de las fuerzas políticas los votos estuvieron divididos, no fue una excepcionalidad

de Cambiemos sino que en todos los bloques políticos hubieron votos a favor y en contra del aborto.

En relación a la discusión al interior de Cambiemos nosotros recibimos la propuesta del Presidente de que se iniciara este debate con madures cívica en el Congreso y a su vez la absoluta libertad para que los legisladores de Cambiemos expresáramos

nuestra opinión y nuestro voto según nuestro sentir, nuestro razonamiento y lo que creyéramos que era más adecuado para representar a los ciudadanos.

Así que con absoluta libertad cada uno de los miembros de Cambiemos pudo expresar su posición política sin ningún tipo de condicionamientos y me parece que esto habla de una democracia más madura, plural y de una coalición que no es homogénea, como no lo es ninguna fuerza política en la Argentina, pero en la que además se respeta realmente la opinión de cada uno de sus integrantes.

Hay posibles candidatos a la presidencia como Roberto Lavagna que han expresado su postura en contra de la legalización del aborto. ¿Cree que el tema del aborto va a impactar el resultado en las elecciones de 2019? ¿Es importante que todos los candidatos definan posturas claras sobre el aborto? ¿Hay otros temas  relacionados – como violencia de género y la brecha salarial – que discutirán los candidatos?

Yo creo que con el nivel de instalación que tiene el tema del aborto en la agenda pública de nuestro país, a partir del debate que se produjo en la Cámara de Diputados y en el Senado, va a ser inevitable que los políticos sean consultados sobre su

posición en relación al aborto. No creo que sea el único tema, hay muchos temas que se ponen en juego en una elección parlamentaria y sobre todo en una elección presidencial, y probablemente este sea un tema más dentro de los cuales los electores tendrán en cuenta al momento de fundar su voto.

Si me parece importante que todos los candidatos sean consultados por su perspectiva de género en general, por cual creen que deben ser el rol de las mujeres en la sociedad, si creen que vivimos o no en una sociedad igualitaria y cuál es el ideal de sociedad al que aspiran y cuáles son sus propuestas para ir acercándonos a ese ideal donde todas las personas efectivamente podamos gozar no solamente los mismos derechos sino también de las mismas oportunidades, y esto tiene que ver con estos temas que mencionabas de por ejemplo la reducción de la brecha de género, aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral, remover los obstáculos para que las mujeres alcancen posiciones de autoridad y de poder no solamente los ámbitos públicos sino también por ejemplo en las empresas, seguir trabajando para la radicación de la violencia de género, la radicación de la trata y tantas otras cuestiones que tienen que ser miradas, tienen que ser políticas públicas desarrolladas a través de una mirada de género que contemple esta situación desigual existente en la sociedad que tienda a modificarla en un camino hacia la igualdad. 

La comunidad religiosa está jugando un rol importante en el debate sobre el aborto. De hecho, varios miembros de Cambiemos votaron en contra de la legalización del aborto por razones religiosas, y el Papa Francisco, una figura influyente en Argentina, ha vocalizado su desaprobación de la ley. ¿Qué papel se puede esperar que tenga la Iglesia y los evangélicos en la política argentina y en futuros debates y propuestas sobre este tema?

Creo que las iglesias tienen absolutamente el derecho a opinar y a indicarles a sus fieles cuales creen que son los dogmas que defienden las religiones y que sus fieles deben adoptar en su comportamiento y en su vida personal. En relación a las

decisiones públicas, la Argentina es un país laico en donde los legisladores gobernamos para una ciudadanía que es pluricultural, que es inter-religiosa, que es multiétnica, donde hay distintas maneras de entender el mundo y donde todas esas formas tienen que ser respetadas y los legisladores tenemos entonces que hacer un gran trabajo para tratar de generar estas condiciones de igualdad para que las  personas profesen la religión que profesen; y si creemos que hay un derecho vulnerado no privilegiar una posición personal sino tratar siempre de buscar el bien común y de favorecer especialmente al que más necesita porque tiene esta situación de vulnerabilidad.

La reciente reforma al Código Penal que estipula que los jueces serán quienes deciden si penalizar o no a una mujer por abortar ha recibido un rechazo energético por parte de varias organizaciones, activistas y políticos. ¿Cuál es su posición sobre la reforma? ¿Qué se puede esperar que suceda en el Congreso frente a este tema?

Tengo que repetir una obviedad pero las mujeres abortan en la Argentina, las 50.000 mujeres que son internadas en los hospitales públicos cada año por motivo de abortos inseguros que les traen problemas de salud dan cuenta de que esta es una realidad existente y creo que esta realidad que existe tiene que ser contemplada en toda la legislación Argentina y eso incluye el debate en el código penal. El debate, tanto en Diputados como en Senadores, sostuvo a una mayoría que se expresó a favor de despenalizar a la mujer que aborta y esto me parece que tiene que estar contenido en la letra del código que ya contiene, como dije en la primer respuesta, una despenalización por causales que es parcial y limitada. Debería tener en el caso de la mujer por lo menos una despenalización completa. No se puede criminalizar a la mujer que aborta.

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Catalina Casas

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Program Assistant, Latin American Program
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