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Q:  Después de 15 años en el poder con el Frente Amplio, Uruguay tomó un giro a la derecha con la elección de Luis Lacalle Pou del Partido Nacional. Sin mayoría propia, el nuevo presidente está gobernando con cuatro partidos en una coalición diversa. A pesar de sus diferencias ideológicas, formularon una agenda en común que se manifestó en la Ley de Urgente Consideración. La ley tiene casi 500 artículos reformando una gran cantidad de políticas públicas y ésta fue aprobada, pero sin el apoyo del Frente Amplio. La oposición y el sindicalismo criticaron la ley, argumentando que es un regreso al pasado, y hay amenazas de un referéndum para revertirla. ¿Qué implicaciones tiene este proyecto legislativo en relación a las capacidades del actual gobierno para aprobar leyes sin negociar con el Frente Amplio? ¿Cuáles son las próximas prioridades para el nuevo presidente?

A:  A lo largo de su historia, Uruguay realizó numerosos experimentos institucionales buscando equilibrar eficacia y legitimidad. Luego de experimentar con el ejecutivo colegiado entre 1952 y 1966, la reforma de 1967 se orientó a fortalecer el poder del presidente mediante distintos dispositivos. Entre otros, para aumentar el poder legislativo del presidente, se autorizó al presidente la facultad de  declarar como “urgente consideración” sus iniciativas legislativas. El parlamento tiene un plazo limitado para tratar proyectos de este tipo. Lacalle Pou anunció desde 2014 que, de ser electo, utilizaría este mecanismo para darle un fuerte impulso inicial a su agenda de gobierno. La experiencia previa enseña que la gobernabilidad no depende del apoyo del Frente Amplio sino de la estabilidad de la coalición de gobierno. A su vez, se sabe que los incentivos para abandonar la coalición aumentan a medida que avanza el mandato y se acercan las siguientes elecciones.

El gobierno tiene una agenda de centro-derecha moderna. En el plano económico, se propone reducir el déficit fiscal, disminuir tarifas públicas e impuestos, mejorar el ambiente de negocios, y favorecer la apertura comercial. Además, quiere combatir el crimen, bajar la sensación de inseguridad ciudadana, reformar la educación, abatir la pobreza y preservar el medio ambiente.  Aunque la Ley de Urgente Consideración avanza en todas estas direcciones se espera que durante los años siguientes existan más iniciativas en la misma dirección. Más en concreto, el gobierno tiene dos grandes metas: reactivar la economía creando empleo, y bajar la criminalidad.

Q:  A menos de un mes como presidente, Lacalle Pou enfrentó la crisis de COVID-19. A diferencia de su par en Argentina, decidió no imponer una cuarentena obligatoria. Su interés en mantener una posición equidistante entre la economía y la salud, sorprendentemente, dio resultados positivos. Uruguay tiene uno de los niveles más altos de testeo en la región, un nivel bajo de propagación del virus y una tasa de mortalidad baja con respecto a la pandemia. Además, los pronósticos económicos muestran que el país va a ver un fuerte rebote de su economía en 2021. Mientras tanto, Lacalle Pou mantiene un nivel de aprobación del 60 por ciento. ¿Ha cambiado la balanza de fuerzas dentro de la coalición de gobierno? ¿Y, entre el gobierno y la oposición?

A:  La exitosa gestión de la pandemia tuvo consecuencias políticas importantes. En primer lugar, fortaleció la autoridad del presidente y el prestigio de la coalición. Además, la prioridad otorgada por el presidente al cuidado de la población más vulnerable le permitió al gobierno disputar con el Frente Amplio el discurso de la sensibilidad social. Dicho de un modo más simple: en el contexto de la pandemia, el gobierno se desplazó hacia el centro.

En el contexto de la lucha contra la pandemia, el presidente Lacalle Pou se fortaleció políticamente de un modo notorio. La ciudadanía reconoce que el presidente tuvo grandes aciertos. En primer lugar, acertó al no decretar la cuarentena obligatoria. En segundo lugar, acertó cuando, para priorizar la atención de la emergencia social, decidió postergar la meta de mejorar el resultado fiscal. En tercer lugar, acertó al establecer un equipo de científicos de alto nivel técnico para asesorar al gobierno en cuanto a cuándo y cómo reactivar la vida social y la economía.

Q:  El Partido Colorado es un miembro importante de la coalición de Lacalle Pou. Hasta hace poco, el líder de este partido fue Ernesto Talvi. El desempeño de Talvi como canciller destacó por impulsar un corredor humanitario para uruguayos en el exterior y extranjeros varados en la región. Según una encuesta, la aprobación de Talvi es la más alta de todos los integrantes del gobierno, incluyendo Lacalle Pou. Sin embargo, desafíóal gobierno en algunos asuntos importantes. Por ejemplo, se resistió a llamar al régimen de Nicolás Maduro una dictadura y criticó la decisión del gobierno a apoyar el candidato de la Casa Blanca para la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo. Tras estas diferencias, renunció como canciller, y a su vez, renunció a todos sus cargos políticos. ¿Cuáles son las razones detrás de la decisión sorprendente de Talvi? ¿Hay un espacio para una fuerza del centro-izquierda no frente amplista?

A:  No es fácil explicar la salida de Talvi. Se sabe que nunca se sintió cómodo actuando como secretario del presidente. En Uruguay, se comenta que es el propio Talvi, y no el presidente, el principal responsable de la ruptura. Aunque durante la campaña electoral, Talvi hizo un gran esfuerzo por posicionar al Partido Colorado como alternativa de centro izquierda, existe consenso en Uruguay en cuanto a que no lo logró. El Partido Colorado compite con el Partido Nacional, y también con Cabildo Abierto, por el segmento del electorado que va desde el centro hasta la derecha. De los cinco partidos que integran la coalición de gobierno (la llamada “coalición multicolor”), el más de izquierda es el pequeño Partido Independiente, que se autodefine como socialdemócrata.

Q:  La democracia uruguaya es conocida como una “partidocracia” con tres fuertes partidos: el Partido Colorado, el Partido Nacional y el Frente Amplio. Pero en la última elección, vimos el surgimiento de un nuevo partido, el Cabildo Abierto, liderado por Manini Ríos, un ex general del ejército. Su partido superó el Partido Colorado y se posicionó como el tercer partido más votado. El partido ocupa el ala derecha de la coalición de gobierno. Ríos ha tenido discrepancias con la agenda del gobierno, incluyendo su apoyo para una ley del Frente Amplio para evitar la “extranjerización” de la tierra. Al mismo tiempo, Ríos tiene posiciones controvertidas sobre los derechos humanos. ¿Es Cabildo Abierto un partido para quedarse o un vehículo electoral para Ríos? Con la renuncia de Talvi, ¿es Ríos una figura empoderada?

A:  Cabildo Abierto obtuvo 11 por ciento de los votos, contra 12 por ciento del Partido Colorado. Su líder, Guido Manini Ríos, está a la derecha del resto de la coalición de gobierno en temas vinculados con derechos humanos, pero a la izquierda en política económica. La salida de Talvi debilitó al Partido Colorado y fortaleció a Manini Ríos. De todos modos, no es fácil imaginar que Cabildo Abierto pueda superar al Partido Colorado en las elecciones de 2024. En Uruguay, las estructuras políticas (los partidos) son más importantes que la persona (los candidatos). Para llegar a ser presidente, Manini Ríos precisa un partido mucho más potente que Cabildo Abierto. Si se conforma con ser senador puede seguir apostando a construir su propio partido. Pero si quiere luchar por la presidencia tiene que pensar en otras alternativas. Una de ellas, que no se discute todavía públicamente en Uruguay pero que merece ser analizada cuidadosamente, es que Cabildo Abierto se convierta en una fracción de otro partido. La familia Manini Ríos, a lo largo del siglo XX, ha estado ligada al Partido Colorado. Independientemente de lo que haga Manini Ríos, dirigentes y votantes colorados ya comienzan a preguntarse si no será necesario lograr que Pedro Bordaberry, que fuera durante diez años el principal líder del partido, vuelva a la actividad política.

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Aníbal Nicolás Saldías

Aníbal Nicolás Saldías

Analyst, Latin America and the Caribbean, The Economist Intelligence Unit; former Senior Researcher, Argentina Project
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The Argentina Project is the premier institution for policy-relevant research on politics and economics in Argentina.   Read more

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